
Algo frío recorre mis venas. Mi corazón se ha secado y la sangre oxidada se pasea por mi cuerpo como un ácido que corroe mis entrañas. La profunda herida que dejaste en mi corazón sigue abierta y su pálpito se acelera confuso cuando cree oir tu voz, que resulta ser el murmullo de los árboles anunciando la llegada del viento. Después de todo espera tu regreso, el elixir que le devuelve la vida y me hace renacer. Pero tú no vuelves, y yo me quedo sola. Sola, con mi triste y oxidado corazón.
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