jueves, 24 de abril de 2008

Ilusión


Camina rápidamente hacia la puerta, alejándose de todos.
Sabe que todos rumorearan sobre su marcha, pero que realmente nadie la echará en falta.
Camina por estrechas calles meditabunda, con la cabeza alta, defendiéndose de las miradas ajenas. Se sumerge en sus pensamientos: rabia odio, y mil sentimientos más que no logra identificar. ¿Por qué? Ni ella lo sabe. El simple hecho de que la miren hace que su sangre hierva, pero ser invisible para los demás la hunde en la más profunda soledad. Soledad... Nunca nadie ha querido acompañarla por su triste camino, pero prefiere estar sola a nadar entre sentimientos dulces que corresponden amargas palabras.
¿Cuándo va a volver? Desconoce la respuesta. Solo quiere apartarse de todo y respirar aire fresco, dejar de pensar, limpiar su mente. Tal vez sería mejor tener a alguien a quien explicar esos sentimientos, pero sería inútil, ¿quién iba a entenderlos? Desde luego, alguien normal no.
Se sienta en la fresca hierba, apoyando la espalda en el áspero tronco del sauce. El viento hace ondear su falda y le revuelve el pelo. Las flores juegan entre sus dedos, mientras deja volar su imaginación, soñando que escapa a un lugar mejor.